LOS ÁRBOLES DEL COLEGIO: EL ARCE BLANCO O FALSO PLÁTANO

viernes, 27 de enero de 2012

VERSOS Y PROSAS DE MI AYER, POR MANUEL AMUSCO

CONTRASTE
Por el poeta linense Manuel Amusco
(A María de los Ángeles Ocón, con el afecto de este viejo amigo).
(María de los Ángeles es hoy la Jefa de Estudios del colegio Andalucía).

Ornan tu frente serena
sedosos y negros rizos.
Son mi bella nazarena,
corona de tus hechizos.

Sobre una pálida faz
que diera a la luna enojos,
mensajeros de la paz
brillan hermosos tus ojos.

Y en su fuego me abrasara
cautivo
de su altivez,
si luego no contemplara
la frescura de tu tez.

La nítida rosa brilla
de la luna al resplandor,
luce tu nívea mejilla
de tus ojos fulgor.

Y es que la lozana flor
sufre los rigores del estío
porque mitiga su ardor
del alba el fresco rocío.

Hay auténticas maravillas en la biblioteca del Colegio Andalucía que pasan inadvertidas por maestros y alumnos como las prosas de Antonio Machado, los poemas modernistas de Salvador Rueda, los escritos sobre el problema español de Azaña,la poesía romántica inglesa, los estudios del folklore andaluz del padre de Machado- Demófilo- y el poemario de Don Manuel Amusco, poeta linense que dedicó el poema publicado arriba a María de los Ángeles Ocón cuando era una muchacha y da la casualidad de que este año es la Jefa de Estudios del Colegio. Ella fue la que descubrió el libro cuando entró en la biblioteca y lo vio en las manos de una de mis alumnas de sexto que lo estaba leyendo.
Rescatamos del olvido a Manuel Amusco, poeta nacido en La Línea de la Concepción y exiliado político en la época del franquismo.Fue además funcionario, periodista y maestro.
"Versos y poetas de mi ayer" es un libro con el que el poeta nos llega y nos conmueve hasta la más honda raíz espiritual, es un íntimo y acendrado decir poético que plasma en versos redondos, vibrantes y profundos, con un vigor y una fuerza poco usuales en los poetas de hoy.

FLORES EN ABRIL, POR IRATXE ESPAÑA, 4ºA


Flores en abril
todas para ti,
margaritas en abril
todas para ti,
rosas en abril
todas para ti,
todas para ti.

sábado, 21 de enero de 2012

LA TIERRA DE ALVARGONZÁLEZ, POR ANTONIO MACHADO







LA TIERRA DE ALVARGONZÁLEZ
Al poeta Juan Ramón Jiménez
Por Antonio Machado



I

Siendo mozo Alvargonzález,
dueño de mediana hacienda,
que en otras tierras se dice
bienestar y aquí, opulencia,
en la feria de Berlanga
prendóse de una doncella,
y la tomó por mujer
al año de conocerla.

Muy ricas las bodas fueron
y quien las vio las recuerda;
sonadas las tornabodas
que hizo Alvar en su aldea;
hubo gaitas, tamboriles,
flauta, bandurria y vihuela,
fuegos a la valenciana
y danza a la aragonesa.

Desde su primer encuentro con Federico en Baeza, en 1.916, la admiración de Machado por el poeta y dramaturgo no había hecho más que crecer. En 1.933 le había conmovido Bodas de sangre, y así se lo dijo en una carta. Por otro lado, Lorca había montado con sus compañeros de La Barraca una versión escénica de La tierra de Alvargonzález.¡Cómo no agradecer el detalle! Machado no podía desconocer cuánto le debía Lorca.

"Hay dos maestros de la poesía española en la actualidad: Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. El primero en un plano puro de serenidad y perfección poética; poeta humano y celeste, evadido ya de toda lucha, dueño absoluto de su prodigioso mundo interior.El segundo, gran poeta, turbado por una terrible exaltación de su yo, lacerado por la realidad que lo circunda, increíblemente mordido por cosas insignificantes, con los oídos puestos en el mundo , verdaderamente enemigo de su maravillosa y única alma de poeta".

Federico García Lorca.

(Ian Gibson, "Cuatro poetas en guerra").

sábado, 14 de enero de 2012

GENERACIÓN DEL 27: PEDRO GARFIAS "HÉROES DEL SUR" (1.938) "A FEDERICO GARCÍA LORCA".







También yo quiero hablarte, Federico,
con esta ruda voz que ahora me brota
del mar de mi garganta.
-El crimen fue en Granada-
dijo el maestro Antonio.
Y yo digo:En Granada fue la aurora
decidida del mundo.
Aquella madrugada
sintió el fascismo resbalar los secos
gusanos por su entraña.
Muerta estaba la noche, petrificada, lívida;
muerta la aurora, igual que un agua presa;
muerta la luz, en su atúd de sombras;
y muertos te mataron a ti, que eras la vida
y la espiga y el árbol y la yerba y la rosa.
Viviste plenamente tu vida de poeta,
de poeta del pueblo,
y has muerto exactamente a la hora justa,
cuando tu muerte es vida para el pueblo.
Yo te digo, Federico, hermano,
que aguardas desvelado
con el oído atento, bajo la tierra pálida,
el disparo de luz de la victoria:
descansa en buena hora.
Cada obrero español, cada soldado
tiene ya abierto, por sus propias manos,
su agujero en la tierra, que estrincheras o es fosa.